Los sueños, como la vida “real”, están llenos de sensaciones, pensamientos y emociones. Sin embargo, favorecen determinados estados de conciencia difíciles de alcanzar en la vida cotidiana.

Toda persona tiene unas necesidades concretas y un sentimiento interior particular con ganas de aflorar. Como seres sociables que somos también necesitamos sentirnos integrados en un grupo y ser aceptados por este, los seres humanos utilizamos las competencias que tenemos a nuestro alcance para conseguirlo y sobrevivir de la mejor manera posible dentro del grupo.
La personalidad esta cimentada por nuestros valores y creencias, conocer cuáles son y cómo contribuyen a la percepción que tenemos de nosotros mismos es la clave para poder cambiar. Lo que vemos no es la realidad sino la interpretación que nosotros hacemos de ella, por lo tanto, si queremos que la realidad cambie únicamente hemos de mirarla con otros ojos.